SOBRE ESTE BLOG...

Vas a encontrar, básicamente, data sobre historieta cómica argentina clásica. Además, bastante de bande dessinée. Algunas reflexiones sobre el lenguaje historietístico, muchas polémicas y miles de imágenes, la mayoría de mis propios archivos. La forma más fácil de ubicar un material o autor es ir a "Etiquetas", revisar y hacer click en la pertinente. También podés escribir una palabra clave en "Buscar en este blog". Tenés mi contacto, encima, acá al lado → → →→ → →→ Suelo responder mails si la consulta es muy específica. En cuanto a enlaces que ya no funcan, lo siento, llegaste tarde. Podés tomar lo que quieras, en tanto cites la procedencia. Si no citás, y te ubico, te escracho públicamente, como he hecho en varias oportunidades. Enjoy

sábado, julio 29, 2006

PATORUZU BAJO LA LUPA: TOMO I

"Discípulo del Diablo" se había publicado originariamente durante 1937 en las tiras diarias de "El Mundo", y reeditada en episodios continuados a partir del Nº 55 –octubre del '38- de Patoruzú Semanal. Habían pasado entonces dieciocho años para que, por primera vez, apareciera completa. En la Semanal Nº 989, del 8 de octubre de 1956, se anuncia el acontecimiento de esta manera: "La editorial Dante Quinterno S.A. ofrecerá periódicamente a sus lectores Las Grandes Andanzas del Indio Patoruzú ¡En aventuras completas! No se pierda la primera serie (..) ¡Por fin la colección tan esperada! " Con lo que queda claro –los subrayados me pertenecen- el manifiesto criterio compilatorio, no de revista, que abarcaba inclusive a la periodicidad. La primera intención editorial no era que las Andanzas aparecieran mensualmente, lo que recién sucede a partir del número 3, de marzo del '57. La discontinuidad de las publicaciones iniciales (un mes entre la 1 y la 2, y un salto de cuatro meses con la 3) dió pié a numerosos equívocos para situar la fecha del 1 (el ejemplar en sí no la consigna), como puede observarse en distintas reseñas. Lo dicho se reafirma en que la primer Andanzas no llevaba número, como es habitual en las revistas, sino que se la denominó "Tomo I", lo que la acercaba al moderno criterio de álbum, de los europeos o yankees. Y ya que menciono a éstos: es conocida la admiración de Quinterno por Walt Disney y su industria. Quien contraste el dibujo de "Discípulo del Diablo" con su tapa, diseñada –como surge de lo antes consignado- por un Quinterno dieciocho años mas grande, podrá comprobar como su trazo terminó tiñéndose de las técnicas de Disney, y perdiendo la impronta personalísima de sus comienzos. Y si esa tapa no bastara, podemos remitirnos a "Joseph, el honorable" (reeditada en Andanzas Nº 185) o a cualquiera de las historietas que estaba dibujando el Maestro por el '56, en Semanales. No hay duda de que los cuadros de este artista maduro de 47 años, superan en gracia y movilidad a los del joven de 28, pero –como ya lo apuntáramos- pierden en originalidad de trazo. Vayamos ahora a los contenidos... Si, como decía, hay un declarado propósito compilatorio para la nueva publicación, surge la pregunta de por qué no se remontaron a los orígenes, es decir al primer encuentro entre Patoruzú y su Padrino. Razones había: la aventura de Juaniyo y Lola sólo se había completado a través de las tiras diarias, ya que su republicación quedó trunca en la 1 Semanal, no continuándose en la 2. Una primera respuesta a por qué se descartó, la da el considerar que la historia del encuentro entre el Indio e Isidoro adultos, había sido reescrita (y desmentida) once años antes, con la aparición de Patoruzito Semanal. Pero esto no explica por qué no se eligió, por ejemplo, "El loco del caserón", la segunda aventura patoruzesca, jamás reeditada en Semanales. No obstaría su brevedad, ya que a partir del Nº 2 de Andanzas, comienza a publicarse mas de un episodio. Descartando que el criterio para el lanzamiento de un producto tan importante haya sido casual, hay que deducir entonces que la selección de Quinterno para las primeras Andanzas privilegió lo "mítico" a lo cronológico, lo que iremos desarrollando en el análisis de los siguientes números. Ahora, concretamente... ¿cuáles son los elementos "míticos" que se presentan en "Discípulo del Diablo"?
La doble página de presentación (nótese la similitud con la de Astérix), única en Andanzas, ya nos brinda un indicio. Obviamente, el objetivo de este "reparto" a la manera del teatro o el cine, consiste en introducir a las nuevas generaciones de lectores en el mundo del Indio. Pero, además, se caracteriza allí a Gastón y al Diablo, los sempiternos enemigos (los que junto al Chino y al Hindú revisten la categoría de principales) y cuya dimensión en el ejercicio del Mal, otorgan la dimensión del héroe, como abanderado del Bien. Aunque el apunte mítico mas importante (también en la gráfica de aquí y de la portada) aparece en el último "actor" de ese reparto: el hueso... Buey Apis, genealogía de los Patoruzek, origen de la fuerza de la dinastía... Nos metemos de lleno en la mitología del Indio... ¿Qué mejor comienzo para las Andanzas? Finalmente, unos breves apuntes con respecto a la historia en sí. Se sigue aquí la tradición de las Semanales con los versitos (inexistentes en el diario "El Mundo") precediendo a las tiras. Se me ocurre que estos curiosos comentarios rimados son un remanente de la prehistoria del género –asociado aún a la literatura-, cuando no se habían instalado los globos de diálogo y el dibujo se limitaba a ilustrar un extenso cuadro de texto (estilo que José Luis Salinas, por ejemplo, continuó en Billiken durante años, con sus adaptaciones literarias). El origen de tira diaria se revela de movida en las tres primeras secuencias, que son autoconclusivas, con típico remate en el último cuadro. La historia arranca recién en la cuarta tira (o sea, la 396, según la renumeración de Semanales para "Colección Patoruzú") y tiene un primer final, como acción continuada, en la 502, con la derrota de Gastón y la recuperación del hueso. A partir de allí hay un largo interregno de tiras cómicas, de débil hilván argumental en torno a los usos del hueso, donde parece que Quinterno no se resignara a dejar el tema y lo estirara. Si nos remitimos al origen de tiras diarias y las contamos, veremos que el autor pasó un mes entero dándole vueltas al asunto hasta encontrar la punta por donde retomar la historia...
Y cuando la encuentra, el ritmo se hace vertiginoso: en mitad de la tira 535, en marcado contraste con la luminosidad de los dos cuadros anteriores, todo se ensombrece para marcar el regreso de Gastón Guillotín. Y ya al final de la tira siguiente hace su entrada triunfal Lucifer, quien rápidamente suma al Químico y tienta a Isidoro para echar a rodar la segunda parte. Magistral pirueta de Quinterno, que haría sospechar, como hipótesis alternativa –tan grande es la diferencia del señalado interregno con el comienzo de esta segunda parte-, que durante ese mes de tiras cómicas, paralelamente, se dedicó a dibujar este epílogo y recién lo incorporó cuando lo tuvo terminado. Resta señalar solamente la particularidad –y vaya también como respuesta para el amigo que nos ha mencionado el tema- que, en "Discípulo del Diablo", Gastón y el hotelero (mas adelante "el franchute", como lo llamaría Isidoro) aparecen identificados como un mismo personaje, lo que después se desmentiría, como ya lo veremos en futuros ...

IDENTIFICACION

VINCENT PRICE fue de aquellos intérpretes que no se olvidan fácilmente. Uno de los pocos que supo conjugar humor con terror. Quién no recuerda, por ejemplo, el extraordinario duelo de catadores con Peter Lorre, en una de las películas de Corman, en que se adaptaban cuentos de Poe??? Pero hay una de Vincent casi olvidada, que desde hace mucho quiero volver a ver. Se trata de "Matar o no matar, este es el problema" (“Theatre of blood” -1973), donde interpretaba a un actor shakespeareano en decadencia, que utilizaba los textos del bardo, para vengarse de los críticos que lo habían hostigado en su carrera. Las muertes que planeaba este actor de segunda respondían a las de las obras, y recuerdo particularmente aquella en que, a la manera de “Tito Andrónico”, le hacía comer a ese gordo – flemático - infaltable – en – cualquier – film – en – que – se – requiriese – alguien – con – inconfundible – pinta – de - británico (nombre del actor, por favor???) sus adorados caniches. Alguien la tiene??? Dónde se puede conseguir??? Es urgente, dado que –si bien no han sido muchos los críticos que me han destrozado (no porque haya tenido elogios a cambio, sino simplemente porque no se ocuparon de mí)- quiero inspirarme para perpetrar mis propias venganzas…

QUINTERNO Y GOSCINNY // PATORUZÚ Y UMPAH-PAH


En este país, muchos conceptos que van repitiéndose boca a boca (y deformándose, en consecuencia), terminan convirtiéndose en letra impresa, que algún supuesto erudito institucionaliza, para solaz de los ignorantes, entronizando así el error. Y hablo de terrenos considerados "cultos"... Cuanto mas, entonces, en un ámbito que fue desdeñado durante mucho tiempo, como el de la historieta (me resisto a hablar de "cómics": se llamaban historietas en mi niñez y se siguen llamando así, para mí, ahora... aún cuando el término pueda encerrar un matiz despectivo, lo prefiero al globalizado "cómic").
Este introíto viene a cuento de que se han repetido durante mucho tiempo (y se ha escrito hasta el cansancio) idioteces acerca de la influencia de Quinterno sobre Goscinny, constituyendo un lugar común la comparación entre la figura, voracidad e ingenuidad de Upa con la de Obélix, así como entre la valentía de Patoruzú y la de Astérix. También, se ha llegado a aventurar que la fuerza que otorgaba el caldo elaborado con un fémur del buey Apis, se asimilaría a la poción mágica del druida galo.
Así, se puede leer en "Clarín" en una nota conmemorativa de los 70 años del Indio, el 18 de octubre de 1998: "Por entonces (se refiere a mediados de los '30) se había radicado en la Argentina René Gosciny (sic), quien, para dar texto y vida a Asterix y Obelix, se inspiró en Patoruzú y su hermano Upa..."
El mismo diario, el 15 de mayo de 2003, en ocasión de la muerte de Dante Quinterno, relativiza lo que antes afirmaba: "Dicen que René Gosciny (sic) se inspiró en "Upa" para los dibujos de sus héroes galos, Asterix y Obelix..."
Pero es "La Nación" la que pone el broche de oro al tema, aunque curiosamente ya no refiriéndose vagamente a versiones vernáculas, sino citando con nombre y apellido a un autor francés, lo que demuestra que el vicio reseñado al comienzo no es patrimonio de los argentinos. La nota (del 05/01/03) se titula "Cuando Astérix plagió a Patoruzú" y se refiere a un ensayo de un tal Didier Pasamonik, erudito en cómics, según se asevera, donde reseña la biografía de Goscinny, haciendo hincapié en la coincidencia cronológica entre el auge de Patoruzú y la infancia del creador del guerrero galo, fanático lector de historietas. Por supuesto que en función de señalar las mismas similitudes de siempre, aunque un tanto más extendidas: "Había parecidos interesantes entre Astérix y Patoruzú, entre Obélix (infradotado de fuerza titánica e insaciable consumidor de jabalíes) y Upa (y existen cuadritos con la misma acción), entre la Chacha y el cocinero de jabalíes en la campiña gala, y rastros de Isidoro en vivillos que hacen breves apariciones". Juro que aunque conozco todo Astérix, no logro individualizar cuál es "el cocinero de jabalíes en la campiña gala".
La nota termina de esta manera: "Para 1969, un sondeo de opinión reveló que los franceses consideraban a Astérix como parte de su identidad cultural, dos tercios de la población había leído por lo menos un libro de Astérix, y las ventas de libros ascendían a 55 millones de ejemplares, cifra que superaba al del belga Tintín. Cuando murió en 1977, a los 51 años, Goscinny acababa de completar su libro número 24 de Astérix. La pregunta que hace Didier Pasamonik en su ensayo y que vuelve a surgir aquí es, ¿no será que Goscinny le debía todo esto a su lectura de los personajes de Dante Quinterno, allá en los años treinta, durante su residencia juvenil en Buenos Aires?".
Esta pregunta, como el título de la nota, como lo que allí se dice, es infamante para Goscinny, pero también para Quinterno.
¿Por qué esta afirmación?, conjeturo se preguntarán.
Porque, según mi entender, responde a otra tara argentina: creernos el centro del universo, pero validarnos sólo a través de la mirada del extranjero. Traducido, se formularía así: Goscinny plagió a Quinterno. Goscinny tuvo éxito mundial. Ergo, Quinterno es un genio.
NO!!!
Quinterno vale por sí mismo, es un genio sin necesidad de comparaciones.
Y Goscinny es un creador magistral que -no me caben dudas- fue influido por Quinterno, pero al igual que lo es, por sus predecesores, todo genuino artista.
De plagio, nada, señores!!!
Aparte –y a esto quiero referirme, en realidad- los paralelos entre Astérix y Patoruzú resultan forzados hasta la absurdidad. La verdadera influencia de Quinterno sobre Goscinny se puede verificar en una creación anterior de éste, en sociedad con Uderzo: Oumpah-Pah.
Mucho menos famosa que Astérix, esta historieta pertenece también al citado tándem. Me resulta extraño que Pasamonik, el erudito francés, la pasara por alto, en función de su hipótesis, ya que –según la nota de "La Nación"- la menciona en el ensayo, pero como simple antecedente de Astérix.
Sin embargo, todos los seguidores del héroe galo, han visto a Oumpah-Pah al menos una vez. En "Las doce pruebas de Astérix" (libro y película) se puede observar una secuencia donde Obélix arroja una jabalina, con un impulso tan enérgico que da la vuelta al mundo dos veces. Unos indios americanos detienen sus luchas, asombrados, para verla pasar. Entre ellos –guiño de los autores- se encuentra Oumpah-Pah.
El personaje apareció por primera vez en la famosa revista belga "Tintín", en 1958, y al parecer no tuvo mucho éxito ("Historia de los Cómics", Tomo II, pág. 537).
Umpah-Pah (así se llamó acá) me fue revelado en mi infancia poco después, a mediados de los '60, calculo, en los laterales de la doble página central de "Billiken", acartonada, a color. La modalidad era el (continuará) y, encima, yo la leía salteada, porque mis viejos no siempre tenían la guita para comprármela. Así, me quedaron por años en la memoria fragmentos de sus distintas aventuras, que desaparecieron un día, para dejar paso a nuevas historietas.
Por los ochenta, ya en la infancia de mis hijas, "Billiken" volvió a publicarla, repitiendo la última aventura. Al igual que "El fantasma justiciero", otra cumbre de la BeDé –aunque poco conocida-, de autoría del belga Jean Cezárd, que había aparecido por décadas en la revista. Yo aproveché, y con el pretexto de llevársela a mis hijas –que no le daban mucha pelota- me devoraba a ambas.
Pero mi reencuentro definitivo con Umpah-Pah se dió hace pocos años, cuando conseguí en "Camelot" los cinco álbumes, editados en España, que recogen la totalidad de sus aventuras: "El piel roja", "En el sendero de la guerra", "Umpa-Pá (los españoles le sacaron la hache y le agregaron acento) y los piratas", "Misión secreta" y "Contra Mala-Uva" (en el original  Foie-Malade, o sea Hígado Enfermo).
Fue entonces cuando advertí que todas las influencias de Quinterno, que le atribuían a Goscinny, no estaban en Astérix, sino en esta notable historieta.
¿De qué trata Umpah-Pah?
En el primero de los tomos se produce el encuentro, en la América de la conquista, entre el indio Piel Roja del título y el Caballero de la Pasta Frola (según "Billiken", el Señor de la Pasta de Hojaldre en traducción española), un colonizador francés. Umpah-Pah es temerario, de una fuerza formidable y "bárbaro". Pasta Frola, en cambio, asustadizo, endeble y remilgado. Al llegar a las tierras americanas, el colonizador se encuentra absolutamente desorientado por las extrañas costumbres de los aborígenes.Sin embargo, los dos personajes, terminan siendo grandes amigos.
En el tercer tomo, "Misión secreta" ambos viajan a Europa, extrañándose el Piel Roja por las costumbres de allí y escandalizando, a su vez, con las propias.
Este conflicto cultural entre civilización-barbarie, pero con una mirada contraria a la establecida (es decir, exaltando las costumbres autóctonas, y ridiculizando las de las sociedades "avanzadas"), es el mismo que se puede observar entre Patoruzú e Isidoro, en sus primeras aventuras (sobre todo en la época en que el padrino aún era Julián de Montepío), cuando el indio arriba a Bs. As.
Y su contrapartida, en la versión infantil del encuentro de los héroes: Isidorito llegando a la Patagonia, arrastrado por el Capitán Cañones, que pretende quitarle los vicios porteños.
Otro dato: El viaje de Umpah-Pah y el Caballero de la Pasta Frola a Europa, es en función de traer caballos, animales desconocidos hasta entonces por los aborígenes y que empiezan a valorar enormemente. El lector adivinará ya adonde apunto: al lugar que ocupa entre los afectos del Indio el noble Pampero.
Resulta insoslayable, además, la referencia a "Garfio, el Pirata" -título del número 17 de Andanzas-, publicada originariamente en el año '37, en el diario "El Mundo", cuando Goscinny tenía once años y vivía en Buenos Aires. Si bien la recurrencia al argumento de la piratería es frecuente en las historietas, quien compare el argumento de Quinterno con "Umpah-Pah y los piratas", sabrá de qué hablo.
Pero para los que no puedan conseguir estas geniales historietas (que recomiendo con fervor) les bastará, para convencerse de mis afirmaciones, echar un simple vistazo a la tapa del primer tomo de Umpah-Pah, que ilustra esta nota, donde aparecen los dos personajes principales. Creo que las similitudes son más que notorias.

SANDRINI IDOLATRADO DEFENESTRADO IDOLATRADO...

"SANDRINI -SENTENCIABA MI PADRE- ES EL ACTOR COMPLETO. SIRVE TANTO PARA LA RISA, COMO PARA EL LLANTO".
LA FRASE LA REPETIAN LA VECINA GORDA, EL ALMACENERO, EL POLICIA DE LA ESQUINA... TODOS, BAH...
DESPUES VINIERON LOS '70 Y SANDRINI SE PUSO VIEJO Y COMETIO EL ERROR DE PRESTARSE A LOS ENGENDROS DE ENRIQUE CARRERAS. LOS MUCHACHOS DE SATIRICON, CHAUPINELA Y TODAS ESAS REVISTAS MUY ICONOCLASTAS Y TERRIBLES DE LA EPOCA (HOY NO ESCANDALIZARIAN NI A MIRTHA LEGRAND), SE ENSAÑARON CON EL. YA MUERTO, CIERTA VANGUARDILLA TEATRAL VOLVIO A REIVINDICARLO - COMO LO HIZO CON OLMEDO-. PORQUE QUEDABA BIEN UNICAMENTE, SIN HABER VISTO SIQUIERA UNA SOLA PELICULA SUYA. PERO MAS ALLA DE ESTAS CICLICAS Y ARBITRARIAS SUBIDAS Y BAJADAS EN EL IMAGINARIO POPULAR, SANDRINI ERA SIN DUDA UN GRAN ACTOR. UN ACTOR NACIONAL. DE AQUELLOS QUE SE HICIERON EN LOS ESCENARIOS, SIN LA FATIDICA EDUCACION STRASBERGIANA. VALE LA PENA VOLVER A VERLO...Y DISFRUTAR DE AQUELLAS FRASES INOLVIDABLES, COMO " LA MAMA VE LO' COLORE' " O " CON ESTA MANO LE PEGUE A MI HERMANO " !!!!

ISIDORITO CAÑONES: LO QUE VA DEL TRAJECITO CON MOÑO AL JEAN Y CAMPERA

Uno no había terminado de digerir que el óvalo que encerraba la leyenda "Correrías de un pequeño gran cacique Patoruzito" hubiese desaparecido, y que ese título se hubiera abreviado al extremo, cuando nuevos cambios se presentaban...
Hagamos un poco de historia:
El número 145, "Bombones del mal", marca el final del histórico óvalo con su extensa leyenda. A partir del 146, "La mina en la montaña", la revista exhibe un importante cambio en su portada. Una franja horizontal blanca a lo largo, que se continúa en otra vertical, mas amplia, a lo ancho, encuadran el dibujo. Y el logo de la revista pasa a ser, simplemente, "Correrías de Patoruzito". Era exactamente el 7 de enero de 1969, y a mí me cuesta reconocerla en el kiosco, cuando con mis once años a cuestas y las monedas justas, la voy a comprar.
Poco antes, en octubre del '68, había ocurrido algo similar con la mensual del indio, que a partir del número de esa fecha, el 153, "Piratas del asfalto", pasó a llamarse "Andanzas de Patoruzú", con la franja horizontal, solamente. En este caso, no resultó tan inusitado, ya que las Andanzas habían cambiado su logo en varias oportunidades. Pero el hecho que el 4 de julio del '68, apareciera "¡Vivan los novios!", el número 1 de Locuras de Isidoro, con una franja horizontal arriba y otra abajo en su tapa, parecía hablar esta vez de una clara estrategia editorial. Lo que es corroborado al sumarse al cambio las Correrías.
Así, las tres revistas se hermanaban por el distintivo de las franjas blancas y se diferenciaban por la disposición de las mismas y por sus rotundos logos: Andanzas, Correrías, Locuras.
Las nuevas generaciones que arribaban a la editorial, aproximándose los '70, manejaban modernos criterios de marketing y parecían trasuntar algún desprecio por lo "antiguo". Una nueva era se avecinaba. Si se hubiera tratado solamente de los logos...
Isidorito Cañones, desde el muy lejano día en que su tío lo dejara en la Patagonia, al cuidado de la Chacha y de Patoruzito, para que le quitaran los vicios de porteño y lo "enderezaran", lució, sin que se le gastara, el mismo trajecito de pantalones cortos, coronado por un enorme moño redondeado. O sea que ese vestuario le venía durando desde el año '58, si hablamos de Correrías, pero en realidad lo había estrenado el 11 de octubre de 1945, con el número 1 de la Patoruzito semanal. La cuenta indica que, para fines de los '60, llevaba veinticinco años de uso ininterrumpido (ropa era la de antes...).
Y si marco como hito el final de los '60 es porque el 9 de diciembre de 1969, exactamente (Correrías Nº 162, "El pistolero hidrófobo") , aparece un cambio que, en principio, puede ser reputado como menor: el moño redondo es reemplazado por una corbata.
A mí, sin embargo, la sustitución me chocó. El moño me gustaba mucho más; por capricho o por armonía del dibujo, no sé... Pero aparte, algo me indicaba que Isidorito no volvería a ser el mismo.

Qué decir cuando apenas tres meses más tarde, en el 167, "El misterio del Fénix", aparece con remera rayada, campera y jeans!!! Claro que, en la siguiente, "¡Atentados!" recupera el trajecito (no el moño), quizá en honor de la extraordinaria aparición en Correrías del más clásico de los villanos: Gastón Guillotín –indisimulable en el trazo, aunque no se lo nombre-. Otra rareza: aquí se caracteriza al sempiterno enemigo del Indio adulto como a un honesto hotelero con un hijo travieso, Gastoncit (tres hipótesis: a) homenaje del actual dibujante a Quinterno; b) Gastoncit llegaría, de grande, a ser Gastón; c) las instrucciones eran que todos los franceses se dibujaran –y se llamaran- igual).
Pero volvamos al vestuario de Isidorito,que en la 170 y 171 sigue de trajecito y corbata, aunque en la última recupere fugazmente el moño, para ir a la escuela.
La 172 ofrece otra particularidad: arranca con traje, y a las pocas páginas, al emprender el viaje a los tobas del título, se cambia con campera y jeans (sin la botamanga doblada, como en la 167).
En la 173 y 174 ("El reino de los Narizburgo" y "El templo sumergido") volverá el traje e, inclusive, el moñito; pero la abismal diferencia de trazo, revela la reedición de las semanales, de la época clásica de Lovato.
A partir de allí, el vestuario se alternará, de acuerdo a que sean inéditas o reediciones, con un contraste brutal, marcado no sólo por este detalle, sino también por la calidad del dibujo y de las historias. Para no abundar en lo que sigue, solamente voy a citar la particularidad de la 196, "¡Al túnel del tiempo", donde Isidorito luce el traje, pero con corbata, producto de ser la historieta reedición de semanales de una etapa mucho más cercana.
Después de esta época de indefiniciones de loock (o quizá de una intencionada política de acostumbramiento gradual para los lectores), la campera y el jean se terminarán imponiendo definitivamente. Incluso, cuando ya no existieron más originales, cuando todo fue reedición, se redibujaba el trajecito y el moño, sustituyéndolo por el "moderno" atuendo.
Pero, mientras sucedían estos cambios –hablo de mediados del año 1970- , se daban otros, menos perceptibles, en Andanzas y Locuras.
Comencemos por el Indio. Aquí, el vestuario del Padrino no había variado mucho. Su moño –rectangular-, ya llevaba mucho tiempo desaparecido y apenas si el traje puede lucir ocasionalmente cuadros, cambio no tan inusual en él, tan elegante siempre. Lo que ocurre con el personaje es algo más grave...
Permítaseme hacer un pequeño inventario (a quien le resulte tedioso, puede saltearlo e ir a la conclusión):
-Las apariciones de Isidoro en tapa de Andanzas, desde el número 1 hasta el 152, fueron –según mis cálculos- 96. Casi dos tercios de las portadas, tanto sea en segundo plano (las más), a la par del Indio (varias) o, incluso, mas destacado que el mismo héroe (ej: el impactante primerísimo plano de la 91, "Sindicato del crimen"). Las de Upa, en cambio, en el mismo período, suman 48. Es decir, un tercio. Mucho menores aún son las de Patora, ya que aparece tardíamente en la vida de Patoruzú.
-A partir del 153 (cambio al logo definitivo, recuérdese) hasta el 182, inclusive, el Padrino aparece 8 veces, en tanto que Upa 9.
-Desde el 183 Isidoro desaparece de las tapas de Andanzas hasta por los 300, creo (los amigos coleccionistas pueden aportar datos más precisos, ya que mi colección, a partir del 200, es salteada por el momento –se aceptan donaciones). Simultáneamente, Upa y Patora crecen en presencia de tapa, para tapar la indisimulable ausencia (perdón, por el mal juego de palabras).
¿Cabe alguna duda que los nuevos "genios" de la editorial creían que el lugar de Isidoro estaba exclusivamente en las Locuras?
Recuerdo, incluso, una época de Selección de las Mejores Andanzas, donde intentaban, en la adaptación, hacerlo desaparecer. Y cuando esto resultaba imposible, lo disfrazaban de personajes inverosímiles.
En otros casos, se prologaba su aparición con leyendas como "una vez más, acosado por las deudas, Isidoro visita a Patoruzú ". Es obvio que se pretendía instalar la idea que el verdadero hogar de Isidoro no era ése, sino el de su tío, en Locuras. No sea cosa que algún lector desprevenido se fuera a confundir.
Lo curioso es que esta dualidad del Padrino venía de las épocas de Quinterno, cuando en la semanal, a partir de la irrupción del irascible coronel, se empiezan a publicar las aventuras de Isidoro, donde convivía con su tío y sin el Indio. El Maestro nunca se molestó en explicar esta supuesta contradicción, ni ninguna de las tantas otras.
Pero vayamos ahora a lo que sucedía en Locuras, por la época en la que nos situamos, apenas arrancados los '70. Andamos por el segundo año de la revista y también en ella se empiezan a advertir cambios. Los primeros e irrepetibles argumentos, además de rendir tributo a otros muy antiguos (la 1 y la 2, por ejemplo), jugaban con la intriga alrededor de un Isidoro muy parecido al que conocíamos como padrino del Indio: vivillo, mequetrefe (como lo llamaba don Urbano), pretencioso; perdedor, en definitiva. Pero, poco a poco, empieza a aparecer otro estilo de argumento, y en consecuencia, otro Isidoro. Así, las situaciones episódicas terminan resolviéndose , generalmente, en gags verbales, cada tres cuadros, asimilándose en esto a las tiras cómicas. La acción crece en función no de la intriga, sino al ritmo de los emprendimientos del protagonista, que culminan casi siempre con éxitos espectaculares. Además, se infiltra permanentemente la realidad en situaciones o personajes famosos, con los que Isidoro se codea, llegándose al colmo que aquéllos terminan siendo cholulos del protagonista. O sea, el pretenso y risible rey de los play boys en Andanzas, termina siendo coronado en serio. El perdedor se convierte en ganador, a medida que la década avanza.
Y aquí enganchamos con el cambio –contemporáneo- del trajecito de pantalón corto y moño al jean y campera, en las Correrías. El actual Isidoro no podía haber tenido una infancia tan poco "canchera" y alejada en el tiempo. Esa imagen resultó funcional para las cachetadas del Indio, pero no servía para las caricias del jet-set.
Y con esas caricias, y sin las cachetadas, asistimos al triunfo de otra moral. Ni la Chacha ni Patoruzito pudieron, en definitiva, cumplir el encargo que un 11 de octubre de 1945 – a menos de una semana de cierta fecha histórica- les hiciera el entonces capitán Cañones, de enderezar a su descarriado sobrino.
Si en mi infancia, por razones vagas, me disgustó el nuevo vestuario de Isidorito, hoy en día, ya definitivamente adulto, mi rechazo se acrecienta en otras razones: todos sabemos quiénes fueron los "ganadores" en la década del '70.

viernes, julio 28, 2006

BILLIKEN - VAILLANT : COLECCIONISTAS ARGENTINOS VS. COLECCIONISTAS FRANCESES

La febril búsqueda de las historietas de "Arturo, el Fantasma Justiciero", que durante mucho tiempo Billiken publicó en la modalidad de (continuará), y que yo leyera durante mi infancia, por los '60, me llevó a recalar en Vaillant, la revista francesa que publicó originariamente el personaje de Cèzard en (a suivre).
Encontré en e-Mule una vasta oferta de archivos de números de colección de Vaillant, de la cual, dicho sea de paso, he comprobado que Billiken tomó bastante mas que sus personajes.
Agotada ya esa posibilidad, me dije: "Qué boludo!!! Por qué no rastrear directamente en las Billiken???".
Resultado: no hay un puto ejemplar de Billiken escanneado, en el eMule. Siendo, claro, enorme la cantidad de coleccionistas argentinos que atesoran esa revista.
Conclusión: los coleccionistas foráneos tienen el sano hábito de compartir; los connacionales, en cambio, son unos PAJEROS!!!