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jueves, diciembre 28, 2006

SONASTE MANECO Y UNA RESEÑA SOBRE VOGT

No cabe duda, que la gente de la Bañadera del Cómic, mas allá de que a mí no me guste el libro que editaron sobre Patoruzú, viene realizando una excelente tarea de difusión desde hace mucho tiempo.
Prueba de ello es "Sonaste Maneco", la revista que se puede bajar gratuitamente de su sitio , y que ya va por la décima edición.
Sin embargo, creo que estos muchachos pecan de lo mismo que pecaba antaño la sección espectáculos de Clarín (ahora no sé, porque ya no la leo más), que con tal de "defender" al cine o al teatro, no criticaban nada, y todo estaba bien.
En este número, me llamó específicamente la atención el comentario laudatorio a Vogt en Abeyard, del que dije barbaridades una semana atrás.
Aunque es posible que sea yo el equivocado, porque Ostuni -su autor- es un tipo prestigioso.
No opino de Mi novia y yo, ni de Pepe Sánchez, que nunca leí ni pienso leer.
Hablo de este trabajo en particular, que cayó en mis manos desprevenidamente, como ya relaté.
Lo de Vogt es línea blanca de dibujo, pero -a mi pobre entender- nada que ver con Pratt, por ejemplo, que sugería, dejaba inconcluso, apuntaba... No, Vogt define todo, no permite el menor resquicio para que se filtre la imaginación del lector (acostumbrado, quizá, a que sus seguidores de Columba no la poseían). Pero tampoco es rico en detalles. A lo largo de 160 páginas, muestra caras y cuerpos, mayoritariamente. Y si bien el guión transita cierta liviandad de comedia, subyace en él todo el tiempo la vieja tradición del relato de fantasmas, que el dibujo no aprovecha ni en los fondos, ni en las escenas fantásticas. No-hay-climas. La falta de imaginación es palmaria y la mayor audacia de Vogt es dibujar algunos cuerpos de espíritus... en transparencia!!!
Y por si esto fuera poco, en lo que respecta a la secuencia, es abrumadora la reiteración de planos medios... Aclaro que no creo que la historieta sea "cine portátil", como desafortunadamente la definió no se qué prócer de Columba. La historieta, como lenguaje, es casi contemporánea al cine, y en todo caso se adeudan mutuamente. La definición apunta forzadamente a darle a la primera el rango de arte que tiene el segundo, y que en realidad en muy pocas oportunidades alcanza. Así y todo, a esta altura de la evolución del cine, su forma de relato no puede ser ignorada por ningún historietista. Y me atrevo a decir que esto es así desde hace mucho (veáse al respecto a Will Eisner). Sin embargo, Vogt parece obviarlo...
Podría seguir, pero temo dejar demasiado en evidencia mi ignorancia (que ya descubrieron y me enrostran los intelectuales columbianos)...
Porque -repito- si Ostuni, que es un tipo prestigioso, dice lo contrario, el equivocado debo ser yo...
Entonces, si es así, desasnáme Ostuni, por favor, y aclará cuáles son según tu parecer, los méritos de Vogt...

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